Esta merienda es muy típica de donde vivo, Catalunya. Cuando eres pequeño difícil es que alguna vez no hayas cogido una rebanada de pan de kilo, la untarás de aceite y encima un buen trozo de tableta de chocolate, uno de esas meriendas que siempre esperabas para poder comer.
Hoy os presento dos versiones de esta merienda, una más enfocada para los niños y otra más delicada y especial para vuestros invitados/as.
En la sección de «variaciones dulces» encontraréis la otra variación de este plato.
El chocolate es igual para las dos, solo varia la presentación, la base y un toque especial para la otra.
Es una receta muy fácil y que no quedará absolutamente nada.
Ingredientes:
4 rebanadas de pan de barra (aquí podéis cortar las que necesitáis)
200 ml de nata líquida 35%MG
200 g de chocolate negro troceado
lacasitos
pan de molde costado
aceite
Empezaremos encendiendo el horno a 150º y cuando esté caliente pondremos a tostar las rebanadas de pan y unos trocitos rectangulares de pan de molde en la misma bandeja.
En cuanto los pongáis son unos 10 minutos escasos. Sacádlos y dejad que enfríen
Vamos a por la ganaché montada de chocolate.
Ponemos la nata en un cazo y la llevamos a hervir.
En un bol tendremos el chocolate troceado, añadimos a este la nata caliente y removemos con cuidado hasta que el chocolate se haya fundido e integrado totalmente.
Lo metemos en el frigorífico unos 15 minutos, lo sacamos y lo removemos con las barillas eléctricas bien. Volvemos a poner en el frigorífico 10 minutos más y ahora ya no dejamos de batir hasta que se monte y tenga una textura como de mousse.
Ponemos un poco de la ganaché montada en cada rebanada, un trocito del pan de molde tostado, un lacasito y un chorrito de aceite por encima.
Que niño va a deciros que no quiere esta merienda?