Nunca deja de sorprenderme la cantidad de cheesecake que existen y las mil combinaciones.
Yo soy mucho de la típica tarta de queso, sin base de galletas y sin nada de sabora fresa, limón etc… Pero hoy si que me apetecía hacer un cheesecake muy famoso, el típico Newyorquino, aunque si! Aportando variaciones mias.
Siempre intento mantener muy a ralla el porcentaje de azúcar o grasas, así que con este postre he intentado empezar por la base. En vez de galletas y mantequilla, he puesto galletas, nada de azúcar (porque estas mismas ya llevan) chocolate y solo una pequeña parte de mantequilla.
En la crema, he optado por queso cremoso light, y nada de leche condensada.
Y para la cobertura, fruta de temporada que siempre es mucho mas buena que una gelatina prefabricada.
Empezamos!!!!
Ingredientes:
Para la base
200 g de galletas digestive de avena
120 g de chocolate (negro o con leche)
20 g de mantequilla sin sal
Para la crema
700 g queso crema light
200 g de nata para montar 35% MG
150 g de azúcar
35 g de harina de maiz (maicena)
4 huevos grandes
1 cucharada de esencia de vainilla
1 zumo de limón
ralladura del limón
Para la cobertura
350 g de fresas y cerezas
50 g de agua
2 cucharadas de azúcar
5 hojas de gelatina
Precalentamos el horno a 180º
Empezamos triturando las galletas y poniendolas en un bol.
Derretimos el chocolate con la mantequilla en el microondas (dandole golpes de segundos y removiendo). Una vez fundido lo vertemos con las galletas y lo mezclamos bien.
Forramos la base del molde con papel vegetal. Vamos añadiendo las galletas y presionando con una cuchara grande. No apreteis mucho, simplemente repartid bien la mezcla y alisad con la base de la cuchara. Reservamos en el frigorífico.
En un bol batimos el queso crema a temperatura ambiente junto con el azúcar y la harina de maíz. Primero con unas barillas manuales y luego con las eléctricas.
Seguidamente iremos añadiendo los huevos uno a uno. Sobretodo no añadáis el siguiente hasta que el primero no esté del todo integrado.
Ahora es el momento de verter la nata líquida, el zumo de limón junto con la ralladura y la esencia de vainilla. Mezclamos todo bien.
Cogémos el molde con la base de galletas y vertemos dentro la mezcla queso. Primero hornearemos el cheesecake unos 15 minutos a 180º, luego, bajamos el horno a unos 130º y lo tendremos en el como 1h y 30 minutos.
Una vez pasado este tiempo, nada más apagar el horno, con un cuchillo sin sierra separaremos los bordes del pastel de queso del molde, para que cuando se vaya enfilando no se agriete por el centro. Introducimos de nuevo en el horno con la puerta abierta y dejaremos ahí aproximadamente 1 h. Luego al frigorífico mínimo 8h.
Nota: El pastel de queso o cheesecake es recomendable prepararlo de un día para otro, ya que tiene que enfriar bien.
Para la cobertura simplemente trituraremos bien con el túrmix las fresas y cerezas junto con el agua y el azúcar. Pondremos las hojas de gelatina en remojo con agua fría.
En un cazo calentaremos la pulpa de fruta pero no tiene que hervir, cuando empiece a salir humo ya podéis retirarlo, escurrir bien la gelatina, verter dentro y remover bien. Dejamos atemperar solo unos minutos y vertemos encima del pastel de queso.
Ahora ya es solo frigorífico hasta que la gelatina cuaje, unas 2 h. Desmoldamos y podemos adornar con un poco de chocolate, fresas y cerezas.
Un cheesecake reinventado y con un aspecto para comérselo!!!!