Esta es una receta de familia como ninguna. Nunca he probado unos buñuelos como estos, son increibles y no hay alguno que se le parezca. Todos quienes los han probado se han enamorado, por eso quiero compartir con vosotros esta receta tan especial de mi familia.
No es una receta complicada solo es un poco mas elaborada al tener que preparar la masa el dia de antes. Con mi familia nos reunimos todos la noche de antes y juntos preparamos la masa, al mediodia del dia siguiente nos volvemos a juntar para formar los buñuelos, freiros y lo mejor… Comernoslos!!!
Una de las grandes ventajas de esta receta es; cuando los tengáis fritos y frios, los podéis congelar y cuando queráis volver a comer alguno, lo sacais del congelador, que se vayan descongelando a temperatura ambiente y a comerlos de nuevo como si los acabárais de hacer.
Ingredientes:
1 kilo de harina de fuerza
6 huevos
500 g de azúcar
70 g de mantequilla
1/4 de vaso de vino dulce (moscatel)
1/4 de licor de anís
250 g de leche entera
1 sobre levadura
60 g levadura prensada
450 g de masa madre
40 g de anís en grano o molido
Nota importante: las medidas de la levadura prensada y la masa madre son aproximadas, la mejor manera si queréis hacer estos buñuelos es ir a vuestro panadero habitual y pedirle levadura prensada y masa madre para 1 kilo de harina, es lo más rápido y sencillo ya que la masa madre necesita un proceso de fermentación de unos días.
Empezamos dividiendo la leche en dos cazos que pondremos en el fuego.
En uno pondremos la leche con la mantequilla hasta que se deshaga.
En el otro, cuando la leche este caliente (sin hervir) desharemos la levadura prensada.
Los dos cazos los sacaremos del fuego y dejaremos atemperar un poco.
En un bol cascaremos los huevos, añadiremos el azúcar y los batiremos bien.
Ahora es el momento de verter la leche con la levadura prensada y la leche con la mantequilla, seguimos batiendo.
Cogeremos el anís en grano o molido y lo echamos dentro de la mezcla. También verteremos el vino dulce, el licor de anís y mezclamos bien.
Una vez tenemos todos estos ingredientes ligados, necesitamos de otras manos para que nos vayan desmigando a trocitos pequeños la masa madre mientras nosotros dejamos las varillas y vamos amasando con las manos. Primero está muy líquido pero lo necesitamos para así poder ir deshaciendo con los dedos los trocitos de masa madre. (no se os desharán del todo pero pequeños deben quedar)
Echamos el sobre de levadura y ya solo nos queda que nos vayan echando poco a poco la harina mientras nosotros no dejamos de amasar con las manos. Al final os quedará una textura suave y cremosa y con un olor increíble.
Para dejar reposar la masa pondremos un paño sobre la encimera de la cocina (donde no le toque el aire) y pondremos encima el recipiente con la masa de buñuelos. Tened en cuenta que tiene que ser ancho como una cazuela porque tiende a expandirse mucho y subir.
Cubrimos con un paño de cocina y dejamos subir toda la noche. (podéis poner unas cucharas de madera o paletas en los bordes de la cazuela para que el paño no os toque directamente la masa)
Al día siguiente tiene que haberos subido mucho, si no fuera el caso podéis poner la cazuela cerca del fuego (a fuego muy bajo) solo para que tenga calor cerca y pueda subir.
Ya solo os queda ensuciados las manos de harina, ir haciendo pequeñas bolitas (no amaseis la masa, solo lo justo para hacer la bolita) con un agujero en medio y a freír en una cazuela con bastante aceite. El aceite tiene que estar muy caliente, desde el momento que los echáis dentro son unos 2-3 minutos por cada lado. Cuanto más grandes los hagáis más os costará que se cuezan.
Al cocerlos tened un plato al lado con papel de cocina, echad dentro los cocidos y enseguida los ponéis en un plato bañándolos de azúcar normal.
Ya tenéis una delicia para deleitar a cuantos queráis!
¡¡Probadlos y veréis como os sorprenden de verdad!!