La galleta sablé, es de procedencia francesa y su característica es que son redondas y crujientes. La masa principal es a base de harina, mantequilla, azúcar y yemas de huevo.
El sablé bretón es una masa básica para tartas, galletas y tartaletas. Se le pueden añadir otros ingredientes para obtener nuevas texturas y se adapta muy bien como base de cremas, mousses, mermeladas…
Así que en función de estas definiciones vamos a crear nuestras galletas sablé breton con lima-limón. También podéis hacerlas de diferentes sabores como vainilla, chocolate, frutos rojos, naranja… hay muchas combinaciones posibles, pero yo hoy me quedo con la mezcla de cítricos ácidos que tan bien van en todo tipo de galletas y bizcochos.
Ingredientes:
120 g de harina de fuerza
2 yemas de huevo
80 g de mantequilla pomada
80 g de azúcar blanco
4 g de levadura
1 pizca de sal
1 piel de lima rallada
1 piel de limón rallada
Empezamos blanqueando las yemas de huevo con el azúcar, eso sí, con la ayuda de una batidora eléctrica!
Luego incorporamos la mantequilla a punto de pomada y seguimos batiendo.
Ahora dejamos de lado las barillas para hacernos con una espátula y ahí agregaremos la levadura, la sal y la harina tamizada.
Removeremos bien como podamos ya que es una masa bastante pegajosa.
Nos haremos con un papel vegetal y pondremos en el centro la masa intentando formar ya una tira.
Luego tapamos la masa con el papel y le vamos dando forma alargada y delgada
(la masa no la podemos tocar con las manos por ser muy pegajosa, por eso nos ayudamos con el papel vegetal)
Vamos estirando bien y cuando ya tenemos un cilindro bastante uniforme lo enrollamos con el papel y lo metemos en el congelador una media hora.
Mientras la masa va cogiendo consistencia para poder cortarla, precalentamos el horno a 180º.
Una vez transcurrido el tiempo para enfriar la masa sablé, la sacamos del congelador, la abrimos y la rebozamos con azúcar por los lados, apretando un poco.
Luego vamos cortando redondas de 1 cm y medio o 2 (no los hagáis muy finas).
Forramos las bandejas del horno con papel vegetal y ponemos las rodajas separadas porque al entrar en calor las pequeñas rodajitas se expanden mucho, yo en cada fila pongo unas 4.
Horneamos 15 minutos y listas para degustar con un buen café o lo que más os apetezca!
Deliciosamente crujientes!