Hoy la receta va de un plato que se hace solo, el horno hará todo el trabajo para nosotros. Se trata de galtas de cerdo o también conocidas como carrilleras, es la parte de la mejilla, son ricas en sabor y ternura. A mi mujer no le gustaba la idea de comerlas por ser de donde son pero al probarlas se dió cuenta que no tienen ningún sabor extraño, todo lo contrario, muy sabrosas y sobretodo tiernas.
La receta se basa sobretodo en el toque del romero y el tomate natural. Yo las deshuesé antes de ponerlo todo en el horno, podéis pedir que os lo haga vuestr@ carnicer@, es muy fácil, pero sino osáis las podéis hornear igualmente con el hueso, vamos a ello!
Ingredientes: (para 2 personas)
2-3 galtas de cerdo (si son pequeñas poned tres mejor, vosotros mismos)
4 tomates tipo pera o de canarias grandes, los de ensalada no que son más ácidos
3 cebollas medianas
2 ramas de romero fresco
aceite de oliva virgen extra suave
1 chorro de vino negro (como 1/2 vaso, un poquito más)
sal
pimienta
Encendemos el horno a unos 220º que se vaya calentando.
En una bandeja la rociaremos con un chorro de aceite en el fondo. Cortaremos a rodajas los tomates y la cebolla y las pondremos en la bandeja esparcidas (la bandeja que no sea muy grande).
Ahora salpimentamos las galtas de cerdo y las disponemos encima de la cebolla y el tomate cortados. Un poquito más de aceite por encima y el romero coronando las carrilleras.
Lo meteremos en el horno durante unos 15 minutos, luego las rociamos con el vino negro y le damos la vuelta (el hueso que quede hacia arriba), ahora bajaremos el horno a unos 160º y hornearemos unos 25 minutos. El último paso es volver a darles la vuelta esta vez que el hueso quede hacia abajo, las regaremos un poco con el jugo de la bandeja y las dejaremos en el horno unos 10 minutos más.
Transcurrido este tiempo ya las tenemos listas para servir y degustar.
Probadlas y veréis como es un plato económico, fácil, rápido y buenísimo!!